viernes, 16 de diciembre de 2016

VENDEDORES DE HUMO



La globalización del mundo digital, el hilo conductor del concepto “Aldea Global”, ha hecho proliferar como setas en otoño una nueva raza: Los Gurús.

Igual te venden cuarto y mitad de fuerzas cósmicas personalizadas, que te recetan una dosis de choque de amor por tus melanocitos, o te otorgan el poder de recolocar a los cuerpos celestes con un leve aleteo de una de tus pestañas, que…

Estos profesionales de la “venta de humo” utilizan hasta la saciedad viejas (muy viejas, por cierto) recetas que, de vez en cuando, dieron una justa y merecida fama a personas que las divulgaron con éxito en el pasado. Unos a otros, y sin el menor pudor, se copian, se revisan, se plagian, se fusilan y presentan cada frase, cada imagen, como el último grito de su fecundo ingenio y su desbordado amor por sus semejantes.

Lo que no te dicen es que, salvo contadas y honrosas excepciones que entrarían dentro del “efecto placebo”, sus postulados no sirven para nada.

Quizá entre las personas que tienen sus necesidades básicas cubiertas (más o menos) y disponen de tiempo libre para “desarrollar su imparable fuerza interior” estos planteamientos conducentes a “liberar la energía que nos dieron las estrellas” tenga cierta aceptación. Lógicamente ¿quién está dispuesto a renunciar a sus súper poderes? 

Hubo una novela, CANDY, de Terry Southernen y Mason Hoffenberg, en la que una estudiante de instituto busca la verdad y el significado de la vida, a través de una parodia del CÁNDIDO de Voltaire. Candy es una inocente (hasta la desesperación) muchacha beatnik en busca de ayuda para su propia realización espiritual, que va cayendo en manos de sucesivos “cantamañanas” que lo único que quieren de ella es justamente eso: lo único.

Así hoy nos encontramos ante el fenómeno imparable de las “Redes Sociales” (curioso lo de redes), en los que, salvo honrosas excepciones, proliferan mensajes cargados de sensualidad y suave erotismo, cargas de profundidad sobre ancestrales y vitalistas prácticas estimulantes y algunas sutilezas que, en realidad, son tan antiguas como la propia raza humana.

Porque, en efecto, Autoayuda es un término asignado al fenómeno de la cultura actual, en donde algunos gurús, asesores y maestros, inducen a pensar que poseen, y pueden trasmitir, técnicas avanzadas de psicología efectiva para la superación personal, con las cuales la gente puede ayudarse a sí misma a salir “exitosamente” de los problemas comunes y cotidianos que se producen a diario; explotar al máximo su propia potencialidad y a reclamarle a la vida todas las recompensas que ésta puede ofrecer y a las cuales todos tenemos derecho si canalizamos sabiamente nuestra energía y fuerza interior.
 
La idea central de la autoayuda es: "Cada persona puede ayudarse a sí misma sin necesidad de que otra la socorra... pero no dejes de pedir mi ayuda o fracasarás”.

Los orígenes de la autoayuda se remontan aproximadamente a hace más de 4000 años, cuando los primeros escribas del antiguo Egipto diseñaron los primeros ejemplos, traducidos posteriormente a textos, en los que se trataban diferentes formas de "ayúdese usted mismo".



En el siglo XX surgen las figuras de Dale Carnegie: CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS y Randy Pauch: LA ÚLTIMA LECCIÓN. Cuando Randy Pauch dio la conferencia titulada «Cómo alcanzar los sueños de tu infancia», le acababan de diagnosticar cáncer terminal de páncreas. 

En España, tenemos a nuestro Eduardo Punset y sus viajes: VIAJES AL INTERIOR DE LA MENTE; …AL OPTIMISMO; …AL AMOR; …A LA FELICIDAD, etc., etc.

Por todo ello se hace muy difícil encontrar una sola frase o una sola idea original entre tanto mercader de ilusiones etéreas. Og Mandino, en su célebre EL MEJOR VENDEDOR DEL MUNDO lo dejó muy claro: Se vende muy bien justamente lo que la gente quiere comprar.

lunes, 5 de diciembre de 2016

HOLA, INMA



Este año te escribo mi carta anual muy tarde. Como dentro de tres días es tu santo, espero que el servicio de correos te la pueda hacer llegar a tiempo. Prometo escribirte el año próximo por tu cumpleaños.

No te puedes imaginar cómo ha cambiado la situación desde que no estás, aunque imagino que, sin duda, desde donde quiera que te encuentres, estas cosas tan terrenales ya no te importan lo más mínimo. Bueno, quizá un poco en la medida en que me pueda afectar a mí.

Noa, tu perrita, ya tiene casi 13 años. Muy pronto irá a reunirse contigo y me dejará un poco más sólo y un poco más cerca del final, también. Estoy preparado o creo estarlo, en cualquier caso.

La situación de los chicos sigue prácticamente el mismo esquema: el pequeño buscando un trabajo de su nivel profesional y el mayor peleando por turnos de trabajo más racionales y abriéndose cada vez más al mundo de la imagen.

El ratón, al que pudiste conocer recién nacido, ha ganado una carrera de longitud con un estilo fulgurante. Si continúa la progresión tendremos en breve un campeón de atletismo en la familia.

Después de contar tu historia (nuestra historia) en EL DÍA QUE APRENDÍ A FLOTAR, he presentado un nuevo trabajo del que te sentirías muy orgullosa. Además, gracias a la colaboración de un equipo multidisciplinar formado por varias personas, la repercusión social y mediática ha sido muy importante, con entrevistas en prensa, radio y dos cadenas de televisión y una asistencia superior a la de Círculo de Bellas Artes de pasado año. Y nada menos que en Las Cortes de Aragón, en Zaragoza, y en el Centro Aragonés de Barcelona, en el que la asistencia fue más alta aún que en La Aljafería. En febrero está prevista la presentación en Madrid en la que espero superar todas las expectativas.

 
La historia de Judith (EL DOSSIER DE LAS MUJERES SIN ROSTRO) es mi mejor trabajo hasta la fecha, y denuncia el silencio cómplice de los gobiernos y la propia ONU ante la utilización que las tropas contendientes hacen de las mujeres en tiempos de guerra. Como tú decías a menudo, estos seres, que utilizan a la mujer como arma y botín de guerra, se salen siempre con la suya y nunca son juzgados ni condenados por sus crímenes.


En lo tocante a la salud, me han diagnosticado artrosis en ambas caderas, cosa que intento paliar con ejercicios ad hoc, y ya no me doy tantos ni tan largos paseos como antes. Ahora llevo una media de cinco kilómetros al día y gracias. Con todo, Noa y yo salimos siempre a patear por las praderitas, hacer fotos a todos los bichos que encontramos y subir algunas a esa especie de patio social llamado Facebook, aquella herramienta que salió en España a mediados de 2007 y de la que tú decías que era sólo un altavoz de cotillas y un microondas para cocinar egos. Sigue siendo exactamente eso, pero con cerca de mil quinientos millones de usuarios en todo el mundo.

Como te dije antes, prometo escribirte por tu cumpleaños y espero tener mejores noticias que contarte. Ya veremos. De momento, eso es todo lo que ha dado de sí esta aventura temporal a la que llamamos vida y a la que medimos en función del número de vueltas que da en torno al Sol la esfera que nos acoge.

Hasta pronto, gordita. Sigue cuidando de mí, como hasta ahora.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

RESPETO, NO TOLERANCIA.



Cuando Oscar Wilde publicó DE PROFUNDIS, muchas de esas personas que se atribuyen el privilegio de decidir lo que está bien o lo que está mal, le acusaron de llorón vengativo.

Reprochaban con acidez que desnudara su alma para describir, desde el corazón y las entrañas, el profundo dolor que le producía el caprichoso comportamiento de su amigo lord Alfred Douglas Bosie.

En esta obra epistolar, el poeta dublinés muestra la cruda amargura que la cobardía de su antiguo amigo le produce y le reprocha, entre otras cosas, su obsesión por el dinero y su hedonismo.

Hubo autores, como Rubén Darío, que le tuvieron siempre en alta estima. No obstante, la sociedad inglesa que antes le aplaudía sus excentricidades en el vestir y sus críticas a la moral victoriana, le dieron la espalda.

Murió pobre y abandonado, en París, en 1900. Rubén Darío publicó entonces: Un hombre acaba de morir, un verdadero y grande poeta, que pasó los últimos años de su existencia, cortada de repente, en el dolor, en la afrenta, y que ha querido irse del mundo al estar a las puertas de la miseria. Este hombre, este poeta, dotado de maravillosos dones de arte, ha tenido en su corta vida sobre la tierra los mayores triunfos que un artista pueda desear, y las más horribles desgracias que un espíritu puede resistir.

Oscar Wilde era conocido por ser dramaturgo, poeta, socialista y homosexual en un país en el que sus habitantes presumían de TOLERANTES, además de cultos y educados.  La doble moral de la Inglaterra victoriana se cobró con creces los irónicos ataques del dramaturgo, las singularidades del poeta, las diatribas del socialista y la diversidad del homosexual.


Esa sociedad tan tolerante fue la responsable de su quiebra financiera, ya que las librerías dejaron de vender sus libros; se hizo el boicot a los teatros en los que se representaban sus comedias y los comerciantes a quienes debía dinero, por poco que fuese, le demandaron inmisericordemente.

Las personas “tolerantes” deberían serlo por respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás aunque sean contrarias a las propias. Lamentablemente, esa supuesta “tolerancia” no es más que un estrecho margen o límite (las llamadas modernamente “líneas rojas”) que se consiente a los demás en su comportamiento personal y forma de vida.

El respeto es otra cosa. No tiene franjas, ni fronteras, ni rangos ni puntos de no retorno. El respeto es admitir el derecho de cada cual a ser como es y derecho de ser aceptado por los demás tal como cada persona es.

¿Respeto o tolerancia?