Dado el paralelismo que
existe entre la política y el juego de estrategia más universal, el ajedrez, lo
ocurrido en la comparecencia del uno de agosto era lo esperado. Después del
fulminante jaque al Brey que había dado el ilustre despedido con los pagos más
diferidos del orbe, y después de no mover ni un músculo, el afectado, Rajoy
Brey, se ha blindado.
Ha puesto su Alfil en flanchetto, esto es, a dos bandas. Se ha
enrocado en las posiciones más defensivas posibles y bien custodiado por Dama,
Torre, Alfil y Caballo espera tranquilamente que los demás muevan ficha.
Este movimiento, conocido
como la Defensa India de Rey, precisamente porque se desplaza al alfil de ese
flanco, ha parecido el más prudente al siempre mesurado Rajoy Brey.
Cuando en política alguien
se siente acorralado por la situación puede dimitir. En el juego del ajedrez
existe una situación parecida a dimitir: El Abandono. Cuando los movimientos
futuros nos van a llevar inevitablemente a perder la partida, algunos optan por
el abandono y se ahorran tiempo, esfuerzo y energías.
Pero cuando la situación
política es insostenible y hagas lo que hagas o digas lo que digas no hay
manera de resolver el problema, casi nadie opta por la dimisión.
En ambos juegos de
estrategia, ajedrez y política, los movimientos iniciales, realizados por las piezas
menos valiosas, dan paso a sacrificios importantes, piezas de más peso, pero
que nos permiten mantener la posición.
De este modo, se sacrifican
directores generales, algún subsecretario (pocos) y otros altos cargos con tal
de que las amenazas contra el Alfil, la Torre, el Caballo, la Dama o el propio
Rey queden neutralizadas.
Pero un jugador de ajedrez
que abandona cuando está convencido de no tener solución no tiene reflejo en la
política. Hasta la fecha, en la península de las 18 repúblicas y un reino,
ninguna pieza importante se sacrifica. Y el rey no digamos.
Para intentar resolver este
enigma de relación asimétrica he recurrido nuevamente a la alta tecnología de
la aplicación RRZ desarrollada por Ramón Ríos para I+D+i ART TIC.
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Buenos días, Doble Erre Zeta.
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Buenos días Garza. Es un placer verle de
nuevo ¿En qué le puedo ayudar?
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Tengo un problema de paralelismo.
- Las paralelas no existen. Acaban convergiendo
en el infinito por un lado y….
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No me refiero a la geometría, más bien a la
semejanza de dos situaciones similares pero con normas distintas.
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¿Por ejemplo?
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Ajedrez y política.
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Curiosa analogía, en efecto.
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¿Por qué el ajedrecista abandona y el
político rara vez dimite?
- Hay que tener en cuenta varios factores. El
ajedrez se rige por normas internacionales aceptadas de antemano, en la
política las normas se adaptan a las necesidades de cada momento. El
ajedrecista juega para reforzar su mente, el político lo hace para su beneficio
personal. El ajedrecista tiene un código ético y moral, el político sólo
reconoce su propia ética y su propia moral y no siempre.
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A ver si me he enterado ¿El político no
dimite porque en el fondo está convencido de que hace lo correcto?
- Más o menos. Está convencido de que hace lo
que él CREE que es correcto, lo que casi nunca coincide con la verdad, ni con
la ética ni con la moral…
- Ya lo veo. Tendría que haber unas normas
internacionales aceptadas por toda persona que se dedique a la política para que
abandone el cargo en este tipo de situaciones.
- Ya existe esa figura. Se llama elecciones. El
problema es que son cada cuatro años, a no ser que se convoquen
anticipadamente.
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Pues habrá que ver qué se puede hacer.
Gracias RRZ
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Hasta otra ocasión, Garza.
Si
no hay dimisiones se convocan elecciones. Si no hay dimisiones se convocan
elecciones. Si no hay dimisiones se convocan elecciones….
A ver
si cunde.