Recientemente las personas que ostentan la presidencia y
la consejería de sanidad de la Comunidad de Madrid, han manifestado que La Sanidad seguirá siendo pública, gratuita
y de calidad.
En esta afirmación, Sr. Presidente, Sr. Consejero, hay tres
mentiras o tres medias verdades que para el caso es lo mismo.
La Sanidad no puede ser pública cuando una parte, y no
menor, de sus funciones está en manos privadas. Cierto es que un excelente
profesional de la sanidad no tiene por qué resultar un excelente gestor
hospitalario, pero tampoco se le puede descartar a priori.
Un médico tiene la obligación moral de sanar a sus
pacientes con todos los medios a su alcance. Un gerente de hospital debe
vigilar para que no se haga un uso desproporcionado e innecesario de dichos
medios. Nada que no esté al alcance de cualquier profesional con las
habilidades necesarias.
Y, de no tenerlas, sus obligaciones como responsables es
facilitarles el acceso a dichas habilidades mediante la capacitación, la
formación, el entrenamiento o cualquier metodología lectiva o pedagógica
necesaria y suficiente para dotar a sus profesionales de los conocimientos,
técnicas y herramientas inherentes a la gestión y gerencia de hospitales.
Y si aun así, la cosa no funciona, tomen las medidas necesarias para que funcione, que es su obligación, o dimitan, si no lo pueden arreglar.
Y si aun así, la cosa no funciona, tomen las medidas necesarias para que funcione, que es su obligación, o dimitan, si no lo pueden arreglar.
La sanidad es pública o privada, pero nunca gratuita. Les
pagamos a ustedes y a todo su cuerpo técnico y facultativo por adelantad, tabto si la utilizamos como si no. Es
como la iguala de una sociedad privada, pero obligatoria. La diferencia es que
en las privadas hay un trato más igualitario que en la pública, en la que no
todos los pacientes son tratados del mismo modo que el Jefe del Estado.
Respecto a la calidad, cabría estudiar mejor las
encuestas de satisfacción de la población. Cierto que todo el mundo habla de la
feria según le va en ella y en materia de sanidad este aspecto se exagera un
poco, pero…. ¿De verdad consideran que la sanidad pública es de calidad?
Hay mucho que mejorar y afortunadamente, muchos médicos
que se toman su profesión muy en serio, como la facultativa que atiende a esta humilde garza, pero hay de todo, como en botica.
Diagnósticos erróneos o nulos, demoras innecesarias, listas de espera para casi
todo, caos bastante generalizado excepto honrosas y puntuales situaciones.
Salas de espera atestadas de pacientes con retrasos de hora y media para
obtener una receta “de pago” a partir de mañana, No, no se puede decir con
rotundidad, Sr. Presidente, Sr, Consejero, que la sanidad pública es de
calidad.
Por todo ello y habida cuenta de que hoy se mirarán el
ombligo una vez más con la satisfacción del que cree cumplido su deber, me
atrevo a hacerles llegar estas reflexiones, con el profundo convencimiento de
que no les harán el menor caso, aunque al menos, tendrán que reconocer que no
todo el mundo se cree sus medias verdades, o mentiras, que para el caso es lo
mismo.
Sr. Presidente, Sr. Consejero, aún están a tiempo de
cumplir con el cometido que les ha sido confiado por el pueblo soberano al que
dicen representar y defender. Y si no saben o no quieren hacerlo, dejen a otros
mejor preparados para estos menesteres.