Maleni es un nombre de tongo.
Vaya por delante
que esta garza cree en la presunción de inocencia tanto como en la obligación
de la judicatura de investigar aquello que, a su criterio, resulte sospechoso.
Y, sin duda, la
actuación de algunos políticos que sólo se enteran de las irregularidades que
se cometen a su alrededor por la prensa es, cuando menos, sorprendente.
Sí, porque o
bien algunos periodistas son más sagaces que Sherlock Holmes y Banaceck juntos,
o bien algunos políticos son tan inútiles que no se enteran de nada de nada,
oiga. Yo vengo aquí porque me lo pide el partido: Lo mío es el Yoga Védico,
pero que quiere usted…. Lo cual no parece incompatible, a primera vista.
La autora del “Antes
partía que doblá”, trasposición culta del vulgarismo “Antes muerta que sencilla”
ya ha protagonizado, en sus tiempos de ministra de “Fomentelo, Fomeselo”
algunas espantás similares.
Cuando una
nevada, allá por 2009, dejó paralizado medio país con los aeropuertos
inoperantes, Maleni se defendió diciendo que «Si la borrasca cambió de forma impredecible, no las pueden predecir, y
si no la predicen quienes la tienen que predecir, ¿cómo quieren ustedes que lo
vayamos a predecir aquellos que estamos esperando la predicción?».
Elemental, querida.
Ante una
delicada pregunta sobre la investigación del accidente de Spanair (Espanoir,
decían los chelis), Maleni se salió: «Hay
determinadas cuestiones, que aun conociéndolas, no las conozco». Pues eso.
Aunque lo cierto
es que estuvo de lujo cuando se quiso desmarcar de Sofía Mazagatos, mis España
1991, conocida por su célebre frase “No
se puede estar todo el tiempo en el candelabro”. Para evitar las siempre
odiosas comparaciones Maleni argumentó: «Que
cada palo aguante su vela, pero yo no soy, como dijo Sofía Mazagatos, el
candelabro de todas las velas. Soy el soporte de las velas de las competencias
de Fomento». Si es que hay veces que te ves
entre la espalda y la pared, Sofia dixit.
Pero lo más
actual de su variado repertorio se ha producido cuando la actual vicepresidenta
del Banco Europeo de Inversiones ha sido llamada a declarar por la minucia esa
de los ERES (un corrupto) de la Junta Andaluza.
A una pregunta
sobre el que fuera un alto ejecutivo de la junta, nada menos que Director
General de Empleo, dijo: «A Guerrero lo
he visto en la tele y ahora no me acuerdo de su cara» Y luego nos quejamos
de la Infanta de Naranja.
En respuesta a
una pregunta de la diputada de IU Alba Doblas: «No me acuerdo hija, perdón señoría»
Se quejaba del
circo mediático que rodea la instrucción de su caso diciendo: «Esta sede parlamentaria merece algo más
serio que comentar lo que dicen los medios de comunicación»
Para probar su
entrega y dedicación al cargo que ostenta, argumentó: «Me he
preparado la comparecencia durante el fin de semana. Yo trabajo»
También se sabe mostrar conciliadora: «Les pido
disculpas porque algunas veces soy muy coloquial. No me doy cuenta. En el
fragor del debate se me olvida que tenemos que respetar ciertas reglas de
comportamiento».
Y dejó otras
perlas para la historia, como: «No
consulto a una pitonisa para tomar decisiones, como han dicho»; «No me acuerdo ni de la partida 31L (el fondo
de los ERE) ni de la 45 G».
Respecto de la
fianza impuesta de casi 30 millones de euros la encuentra desproporcionada,
aunque no tanto como su sueldo MENSUAL, que supera al de Barck Obama. En este sentido anuncia que recurrirá y defenderá su
inocencia. «Tendré la suficiente energía
para que todo el mundo se dé cuenta de la injusticia que se está cometiendo
conmigo». Que así sea.
La inocencia
debe demostrarse lo antes posible, aunque, como dice el dicho popular… cuando el río suena…. La vicepresidenta
de una institución que pertenece a los 28 países miembros de la Unión Europea,
como la mujer del César, además de ser honrada, debe parecerlo.
Claro que viendo
que cobra al mes lo que muchos españoles sueñan con cobrar al año (30.000 €)
sostiene que su problema es «menor» comparado «con lo que está pasando la gente» en España y «lo que está sufriendo».
Menos mal que conserva su corazoncito solidario.