TODOS SOMOS IGUALES

Esa vieja reivindicación marxista de que todos somos iguales se limita al hecho de que nacemos y morimos. No teníamos nada antes de nacer y nada nos podemos llevar cumplido el ciclo.

En todo lo demás, la igualdad no existe. Cierta similitud, una semejanza más o menos acusada o perceptible pero poco más.

El suegro de una amiga mía decía que unos nacen para mandar y otros para ser mandados. Y lo decía con tal capacidad de convicción que el servicio de la casa se lo recordaba al joven hijo del prócer cada vez que insistía en servirse él mismo un vaso de agua

-             -  Señorito, que ese es mi trabajo. Que unos nacen para mandar y otros para ser mandados.

Lamentablemente la frase no era sólo una ocurrencia burguesa, lo que llevó a acuñar el jocoso dicho de que todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros.

En la teoría social ocurre lo mismo: Hacienda somos todos, pero unos más que otros. Si un humilde contribuyente equivoca unos céntimos de euro su autodeclaración (de la que hacienda posee TODOS los datos) se le cae el pelo. Además de la inevitable “paralela” recibirá una sanción por fraude fiscal y una multa por “intencionalidad”, toda vez que la Agencia Tributaria considera que hubo intención de defraudar donde sólo se dio un simple error.

Pero leemos que los clubs de futbol, esas imprescindibles instituciones que tanto hacen por la cultura y el bienestar de la ciudadanía, nos deben (Hacienda somos TODOS) 752 millones de euros… y no pasa nada. Toma igualdad, Moreno. No se ha cerrado ningún templo del balompié (al viejo San Mamés se le da el pomposo nombre de “La Catedral del futbol”)

Estos mismos organismos deportivos deben en total al Estado 3.600 millones de euros… según El Confidencial.

José Félix Díaz 12/03/201

El fútbol español acumula en la última década una deuda de 3.600 millones de euros, tal y como refleja el informe que tiene en su poder el Consejo Superior de Deportes (CSD), elaborado tras analizar al detalle el estado financiero de todos los clubes españoles. 752 millones del total corresponden al dinero que estos deben a Hacienda, que es el mayor acreedor de los equipos de Primera y Segunda división. La otra gran partida corresponde a los 22 concursos que hay en marcha y que recogen todo tipo de deudas. Desde salarios a traspasos, pasando por los 107.000 euros que el Deportivo de Lendoiro debe a un restaurante. El informe forma parte del control que CSD y Liga de Fútbol Profesional (LFP) están realizando a los clubes que han formado parte de la LFP en los últimos diez años con el fin de cuantificar la cifra exacta.

Otra prueba de la cacareada igualdad, esta vez ante la señora con la venda en los ojos, para no ver lo que se hace en su nombre, la tenemos en el trato que la propia fiscalía dispensa a sus protegidos. (Se suponen que las funciones de la fiscalía son las de perseguir al delincuente, y no ser sus defensores).

Ignoro, pobre de mí, el grado de implicación que la ahora No imputada tiene en relación con el ahora desempalmado duque con suerte (sí, sí, y consorte) en los asuntos de la institución de la que los dos formaban parte, cabe pensar que en igualdad total. Pues no. 

Una vez más unos miembros del mismo colectivo son iguales y otro (oh, casualidad), NO. El socio Torres, su esposa, el secretario y “Mandangarín” sí que son iguales en responsabilidad, pero ella, no. Palabra de fiscalía.

Ya nos gustaría que la Fiscalía se comportase del mismo modo con todos los ciudadanos, ha manifestado hoy el director adjunto de El Mundo, al conocer la NO imputación de la ciudadana Cristina.

La juez Manuela Carmena sostiene que, “En teoría todos somos iguales ante la ley; en la práctica, no”

Después de toda una vida entre togas —primero abogada laboralista y luego juez—, Manuela Carmena (Madrid, 1944) se jubiló en 2010, montó un blog e inventó un juego de mesa sobre el funcionamiento de la Justicia; en él, el concursante-ciudadano va enfrentándose, casilla a casilla, a todos los obstáculos que encuentra en la vida real quien osa meterse en pleitos... desde hace décadas. “Hay muchas similitudes entre un pleito de hoy y uno del siglo XVIII. Demasiadas, insoportables”, afirma en una entrevista con Vera Gutiérrez Calvo, publicada en El País.

Pero no para todos, claro está.