La
primera vez que visité Grecia, la moneda del país se llamaba DRACMA. La mayoría de los
billetes que utilicé eran los de cincuenta (PENTHKONTA) y los de cien (EKATON)
dracmas.
Me
hicieron notar que la primera moneda universal del mundo occidental, ya que
todas las ciudades-estado de la Grecia antigua la utilizaban, se llamó dracma. En
el siglo V a.C. la moneda más usada pasó a ser el tetradracma ateniense, en
cuyo anverso aparecía la diosa Atenea ataviada para la guerra, y un mochuelo en
el reverso. Hoy en día a estas monedas se las conoce en griego como γλαύκες
(glaukes) "mochuelos". La efigie del mochuelo puede verse en la actualidad en las
monedas griegas de 1 euro.
Cuando
Alejandro Magno conquistó el imperio persa (y alguna otra parcela desde el Nilo
hasta el Ganges), el nombre de la moneda se aplicó en la mayoría de los reinos
helenísticos de Asia, además del reino ptolemaico de Alejandría. La unidad
monetaria empleada por los árabes, el “dírham”,
tomó su nombre de la dracma, así como el “dram”
armenio.
De
modo que experiencia como moneda única ya tiene. Y entre culturas, etnias,
religiones e idiomas diferentes, más o menos lo que viene a ser la Europa
actual.
Que
a Nirios Tarimakis le paguen su
exigua jubilación en dracmas, euros o rublos no parece ser su principal motivo
de preocupación. Lo que realmente les preocupa a los jubilados (lo sé de
primerísima mano) es que se les mantenga y no rebaje su capacidad adquisitiva
(y digo “capacidad” y no “poder”, porque la segunda palabra me suena a
cachondeo).
Que puedan auxiliar a los miembros de su familia que no tienen
trabajo, ni prestación ni ayudas porque dicen los bárbaros de Europa que el
estado griego gasta en exceso en partidas sociales.
Esos
mismos que no querían ver cómo el dinero que prestaban a Grecia (por cierto,
dinero del Monopoly, ya que el BCE es la única entidad que lo puede emitir y se
los cede a los bancos a un coste irrisorio) sólo servía para pagar pufos y
deudas anteriores… y claro, nunca quedaba dinero para el pueblo… y volvían a
pedir.
A los jubilados, parados forzosos, dependientes de todo tipo y al pueblo en general le tiene sin cuidado el nombre que tenga el papelito o pieza de metal con el que pagan su supervivencia.
Para ellos siempre serán dracmas. Ese es el
verdadero DRA(C)MA griego.
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