La especie de mamíferos
superiores que se autodenomina Raza Humana, es el único primate capaz de matar
deliberadamente a sus propios hijos. Ningún otro animal no humano lo hace.
A pesar de alardear de ser
el único ser vivo con conciencia y discernimiento entre lo que está bien y está
mal, de poseer un código ético y moral, la declaración de Cambridge, de Jaak Panksepp, Diana Reiss, David Edelman,
Bruno Van Swinderen, Philip Low y Christof Koch, que fue hecha pública el 7 de julio de 2012, con ocasión del
Francis Crick Memorial Conference on
Consciousness in Human and non-Human Animals, en el Churchill College de la universidad de Cambridge, establece:
Evidencias
convergentes indican que los animales no humanos poseen substratos
neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de
conciencia, junto con la capacidad de exhibir comportamientos intencionales.
Consecuentemente, el peso de las evidencias indica que los humanos no son únicos en la posesión de substratos neurológicos que
generan consciencia. Los animales no
humanos, incluyendo todos los mamíferos y pájaros, y otras muchas criaturas,
también poseen estos substratos neurológicos."
Para vengarse del arrogante Jasón (por fa, nada de Yéison), Medea, que se sintió engañada y traicionada por el héroe del Argos en su búsqueda del mítico vellocino
de oro, mató a sus propios hijos.
En efecto, Jasón acordó con el rey Creonte divorciarse de Medea para unirse con la hija de éste, la
princesa Glauca. La despechada Medea regaló a la futura esposa un
hermoso manto, de irresistible belleza. Cuando la coqueta novia se lo probó, se
prendió fuego consumiendo totalmente a Glauca
y a su padre, que intentó protegerla. A continuación, y para hacer el máximo
daño a Jasón, Medea mató a los dos hijos que habían tenido en común.
El “nuevo” Medea, José (¿parecido a Jasón?)
ha quemado a sus hijos envueltos en un manto de gasoil y metal hasta que se han
consumido totalmente para hacer el máximo daño posible a su madre, que había
solicitado el divorcio.
Esta Garza no es juez (líbrenos
el hacedor supremo) ni lo pretende. Pero escucha, analiza y observa. Y si
expertos contrastados dicen que en la hoguera hay huesos de humanos de entre 2
y seis años lo asume, porque no puede demostrar que no sea así.
Que el ADN, en este caso su
ausencia, no permite probar si pertenecieron a Ruth y José, no impide que se
sigan considerando como huesos humanos de entre 2 y seis años de edad.
¿Y si no son de Ruth y José?
En este caso, otros dos humanos de entre dos y seis años habrían sido quemados
en la hoguera en su lugar… sólo que los únicos niños de esas edades que han
desaparecido son Ruth y José. Nadie más ha reportado o denunciado la pérdida o
desaparición de niños… luego, blanco y en botella.
En la comisión de todo
delito se buscan tres factores. Móvil, medios y oportunidad.
El móvil, la petición de
divorcio, los patéticos y plañideros intentos de conseguir reconducir la
relación, tres minutos antes de llamar a una antigua novia empleando las
técnicas de seducción más insólitas. “me
acuerdo de aquel beso que me negaste porque tenías un flemón” “seguro que
sigues tan guapa, con esa piel tan fina que tenías”….
Los medios, una finca
aislada y al abrigo de miradas indiscretas, cientos de litros de gasoil, un montón de pastillas tranquilizantes que adquirió
pero que no aparecen y no tuvo tiempo de consumir, una mesa de hierro para
incrementar el calor de la combustión provocando el denominado efecto horno,
etc., etc.
La oportunidad, un fin de
semana que los niños pasaban con su padre, a los que dice haber paseado de un
sitio a otro, pero que nadie vio, ni aparecen en las cámaras de seguridad ni hay
constancia de su presencia en el parque donde alega que los perdió….
La verdad es que José/Jasón está en un brete. Yo diría
que en un Bretón.
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