viernes, 17 de enero de 2014

ESPAÑOLES, ¿FRANCO HA MUERTO?



Técnicamente sí. De hecho, esta certificado oficialmente, tal como le restregaron por las narices al juez Garzón (para mí sigue siendo juez) cuando se hacía la misma pregunta respecto a las responsabilidades contraídas por el pequeño general por un “quíteme usted este gobierno legítimo”.

En la práctica parece ser que su espíritu permanece entre nosotros como némesis de rojos, judeo-masones y libertinos. Libertad, sí; pero dentro de un orden.

Tenemos la misma “eficacia y contundencia profesional” de los cuerpos y fuerzas de represión del estado que cuando vestían de gris, en aquellos gloriosos días del “disuélvanse” cuando caminaban juntos más de una persona a la vez. Está claro que somos seres etéreos, capaces de fusionarse con el resto de gases nobles que componen nuestra atmósfera vital.

Las razones de nuevo pisoteadas” denunciaba proféticamente Chicho Sánchez Ferlosio en la canción que dedicó a Julián Grimau. Claro que ahora no se tira a nadie por las ventanas de la DGS (no quisiera dar ideas), pero se les da la cuerda del desahucio para que se suiciden.

Te descontaban una cantidad para la cuota obligatoria del sindicato vertical, esa institución paterno-fascista en la que empresarios y productores (decir obrero o trabajador era yuyu, bwana) mantenían una idílica relación familiar, que no de amistad. Ya se sabe, los amigos se eligen. La familia, no.

Ahora no hay un descuento concreto para este concepto, pero el estado paga a las organizaciones sindicales (varias) y a las patronales (varias) unas generosas subvenciones que pagamos entre todos, afiliados o no, empresarios o no.

Teníamos el TOP que, contrariamente a lo que muchos puedan pensar, no es la lista de los principales en nada. Más bien eran listas de los principales enemigos del régimen (hoy se les llama “antisistema”, como si el sistema fuera algo sagrado e intocable) En el Tribunal de Orden Público se encargaban de juzgar severísimamente a los integrantes de la masonería y el comunismo. Hoy se siguen utilizando las mismas palabras para denostar las acciones o argumentos de algunas personas, simplemente por ser comunistas. Se dice que “el comunista fulano de tal”  se opone a tal cosa. Como en los viejos tiempos.

Los años que llevamos de emigración colonizadora y aventurera se parecen a los famosos 25 años de PAZ… (Para Alemania Zumbando), con el pequeño matiz, pero no menor, de que antes te ibas con un contrato y ahora te vas “a ver qué sale”.

Las leyes, normas y regulaciones sobre el derecho a comportarse con la debida educación y urbanidad ante cualquier manifestación callejera son una pura delicia kafkiana.

Claro que se oyen voces en el seno del PP sobre que “la violencia no puede nunca sustituir a la democracia”. Felicidades. Ya era hora. Acaban de condenar al franquismo. ¿O no, don Mariano?

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