Hace apenas unos instantes, un experto en filosofía social discutía con un miembro destacado del gobierno
sobre la necesidad de organizar al Estado de forma que se pudiera garantizar el
acceso a la cultura, las artes y a todo tipo de actividades asociadas con estos
conceptos, al conjunto de la población.
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La ciudadanía tiene derecho al ocio, a la
ilustración, al deporte, a la diversión y a todo aquello que le facilite una
vida más plena, feliz y enriquecedora.
- Tienes razón – repuso el estadista – Tenemos un
poderoso ejército para defender nuestras fronteras, una próspera red comercial
y una organización social de primer orden, que es la envidia de nuestros amigos
y de nuestros enemigos…; pero, de acuerdo con lo que planteas ¿Quién hará el
trabajo?
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Para eso están los ilotas...
Ha pasado un parpadeo en la
historia de la humanidad (en minúscula intencionadamente) desde esta
conversación, que realmente tuvo lugar en Esparta, hasta hoy. Quiza por eso la situación descrita entonces sigue prácticamente igual y el concepto estructural sigue siendo el mismo.
Los MILITARES controlan las
armas y son la única capa social autorizada para su uso, incluso contra sus
propios compatriotas si llega el caso. Los BURGUESES son la red de canales que
garantizan el funcionamiento del comercio y de las industrias en el tejido
estatal y los ILOTAS han sido y son los que realizan el trabajo.
Son los jornaleros,
repartidores, campesinos, obreros fabriles, mineros y los que realizan cualquier
actividad considerada “poco cualificada” o para la que no se precisa una
cualificación especializada.
De este modo, la clase
trabajadora se ha estratificado hasta el punto en el que para ejercer
determinadas actividades remuneradas se precisa estar en posesión de
sofisticadas titulaciones. Por lo general los burgueses “contratan” a los
ilotas para que realicen determinada actividad a cambio de un "salario", que se
denomina así porque antes se retribuía con saquitos de sal.
Se da la paradoja de que
algunos ILOTAS contratan a otros para que trabajen para ellos con resultados
muy variopintos, lo que merece una reflexión mucho más profunda en otro artículo.
Los antiguos espartanos también permitían a
sus “trabajadores” el acceso a la propiedad privada, incluso a la tierra, si
bien no se les permitía acceder a la burguesía ni al ejército, excepto en calidad
de tropa de primera fila de batalla o “carne de cañón”, como se dice ahora.
Ahora tenemos acceso a todo tipo de bienes,
es cierto: Automóviles, primeras y hasta segundas viviendas (no todos),
teléfonos inteligentes (casi todos), televisores panorámicos ultrafinos, electrónica
doméstica y de consumo, que intentamos que sirvan para hacernos la vida, mejor dicho, el tránsito de la
vida. más fácil.
A esto se le ha llamado “Progreso
Social”.
en 2500 años la semejanza es total con respecto nuestra sociedad, hoy mas compleja y adornada con muchos peros
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