Luigi
Pirandello, autor de la farsa filosófica del mismo título, dijo que
el ser humano se suicidaría o se moriría de risa (es otra forma de suicidio) si
pudiera observar frente a un espejo su vida cotidiana.
A lo largo del día (no ya de toda una vida) se dicen y
hacen cosas que contradicen la propia naturaleza de lo dicho y hecho.
Calpurnia, la
esposa del gran Cayo (Julio César,
no Lara), después ser reprochada por asistir a una fiesta de las consideradas
livianas, adujo que se había mantenido honrada. Cayo Julio dejó una frase para
la historia:” La mujer de César, además
de ser honrada, debe parecerlo”
De esta forma tan sutil el ofendido esposo dio a entender que no basta con ser
honesto si tu comportamiento parece indicar lo contrario.
Este planteamiento nos lleva a una conclusión ya conocida,
Si partimos de la base de que la honradez de Calpurnia es cierta el resultado final es el de que la verdad, además de ser cierta, debe ser
verosímil.
Lo verosímil es algo que puede ser cierto, pero que NO
NECESARIAMENTE es verdad, aunque lo parezca.
La señora Aguirre,
en un artículo de opinión escrito en un diario de difusión nacional defiende
las reformas sanitarias emprendidas por la comunidad de Madrid, con los
siguientes argumentos, resumidos por la agencia EFE:
Asegura Aguirre que el sistema de salud pública tiene una "altísima calidad" hasta el punto de que, dice, es "la envidia de los ciudadanos de países mucho más ricos que el nuestro" y de que "actúa de reclamo para algunos extranjeros que vienen a aprovecharse de nuestra generosidad".
Asegura Aguirre que el sistema de salud pública tiene una "altísima calidad" hasta el punto de que, dice, es "la envidia de los ciudadanos de países mucho más ricos que el nuestro" y de que "actúa de reclamo para algunos extranjeros que vienen a aprovecharse de nuestra generosidad".
Sin
embargo, apunta a que tal y como esta concebido en la actualidad, este sistema
corre riesgo de "colapsarse" si no se efectúan algunos cambios en el
modelo de gestión que en cualquier caso, subraya, no significan "cambiar
la titularidad de nuestros centros de salud y de nuestros hospitales, ni la
gratuidad".
Estos cambios, apunta Aguirre, son imprescindibles para que el sistema "siga siendo muy bueno y funcionando muy bien", para que se pueda pagar "puntualmente" a los proveedores y a los farmacéuticos, para poder comprar aparatos y para que los "magníficos médicos y enfermeros de nuestra Sanidad mejoren salarial y profesionalmente.
Estos cambios, apunta Aguirre, son imprescindibles para que el sistema "siga siendo muy bueno y funcionando muy bien", para que se pueda pagar "puntualmente" a los proveedores y a los farmacéuticos, para poder comprar aparatos y para que los "magníficos médicos y enfermeros de nuestra Sanidad mejoren salarial y profesionalmente.
Según ella, todo es magnífico menos la gestión de la
magnificencia, lo que no deja de ser una paradoja. Si con la gestión actual se
ha llegado a ser la envidia de los países más ricos (SIC) ¿por qué cambiar lo
que funciona bien?
Y al revés, si la gestión ajena es mejor que la propia ¿por
qué no se encarga a empresas externas la gestión de los ministerios, consejerías
y direcciones generales?. Y ya puestos, las empresas privadas que funcionan
bien ¿funcionarían mejor si encargasen su propia gestión a otras empresas
privadas?
La respuesta es NO.
Cuando un ministro demuestra ser incapaz, se le mantiene contra viento y marea
o se le cambia a otro ministerio o a un jugoso consejo de administración, pero NO se externaliza la gestión. Será por
eso que ningún ministerio funciona “magníficamente”,
porque de serlo, su gestión ya estaría en vías de ser privatizada.
La verdad es que privatizar una parte (y no menor: La
gestión) de un hospital público es exactamente una privatización importante. Otra
cosa es que sus servicios sigan siendo gratuitos, pero si la gestión es
privada, toda su actividad es privada. La verdad no se puede fraccionar.
Ahora, como la Comunidad de Madrid paga los gastos, el
resultado final es una sanidad subvencionada (sin coste para los
usuarios), que tiene la apariencia de pública pero que no es pública.
La sanidad pública debe ser totalmente pública, además de
parecerlo. Dando vuelta a la frase de Pirandello, como no parece pública, lógicamente
no lo es.
“Usted
tiene un ejército de mediocridades seguido por la multitud de tontos. Como los
mediocres y los tontos siempre son la inmensa mayoría, es imposible que se
elija un gobierno inteligente.” (Guy de Maupassant).
Tu
verdad no; la verdad y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. ¿Dijiste
media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad. (Antonio Machado).
ASÍ
NO ES (SI ASI NO OS PARECE)
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