lunes, 18 de noviembre de 2013

SI MADRID FUERA TOKIO…

… Este texto se tendría que leer de derecha a izquierda y en sentido vertical. Menos mal. Sería muy complicado escribir así.

… Tendríamos los JJ.OO del 2020, en lugar de los JO, JO.

… Tendríamos puerto de mar… una aglomeración de cerca de 40 millones de personas y un alcalde electo por sufragio universal.

… Veríamos la majestuosa cumbre nevada del Monte Fuji elevando sus 3.776 metros sobre los modernos rascacielos de la ciudad.

… El Alcalde habría pedido perdón a los ciudadanos por los inconvenientes de "la política japonesa, que está teñida de egoísmo y populismo. Necesitamos barrer el egoísmo, que ha oxidado la mentalidad japonesa durante mucho tiempo".

… Los ciudadanos veríamos con admiración cómo la huelga de los servicios de recogida de residuos urbanos, que pagamos anualmente, mantenía la ciudad reluciente y brillante.

Porque, según la leyenda urbana extendida por España, en Japón hacen huelga trabajando más. De este modo sólo perjudican a la empresa, que es lo que realmente se pretende, y no a los inocentes ciudadanos.

De modo que habrían sacado a las calles todos los camiones disponibles, todas las máquinas de regar, barrer, soplar y aspirar, todos los recursos a su alcance, incluso haciendo varios turnos. A las empresas les sienta mal gastar dinero sin rentabilidad, de modo que a los diez días de triplicar el consumo de combustible, horas de mantenimiento de maquinaria y utilización de recursos sin necesidad real, se habrían acomodado a negociar.

… Lamentablemente en Tokio no se hace “huelga a la japonesa”. No deja de ser un mito muy común en España e Iberoamérica, pero que no tiene mucho arraigo real en el país del sol naciente.

No obstante, se habrían manifestado pacífica y respetuosamente para protestar por las condiciones que consideran injustas y para explicar su postura a la ciudadanía, a través de civilizados piquetes informativos, ganando su simpatía y su apoyo para la causa.

No se habrían vaciado cubos, contenedores ni papeleras, ni se habría esparcido innecesariamente la basura por las calles.

No se habría puesto a los ciudadanos al borde de la emergencia sanitaria.

No se habrían quemado papeleras, contenedores, ni automóviles, ni se habría provocado daño alguno al mobiliario urbano.

Lo más probable es que en algunos sectores se decantaran por lo huelga tradicional y otros por la huelga de celo, aplicando escrupulosamente el reglamento para provocar pérdidas y perjuicios a las empresas antes que a la ciudadanía.

Pero seguro que estás leyendo este texto de izquierda a derecha en sentido horizontal, luego… esto no es Tokio.

…Y por lo tanto has visto los contenedores volcados, la basura esparcida y amontonada, las calles infectas y los telediarios oficiales resaltado todo ello a cada rato, repitiendo hasta la saciedad los contenedores, coches y furgonetas y todo tipo de enseres arrasado por el fuego.

Esta garza siempre ha defendido y defenderá el derecho a la huelga. Y si un colectivo no tiene otra forma de presión, nada puedo añadir al respecto. Pero dejar que una situación se escape de las manos y se transforme en el caos que hemos vivido no debería quedar impune. Claro que se ha limpiado la basura de Madrid, menos alguna que otra botella.

Porque hay tres actores que no han estado a la altura y se han ganado un escarmiento excremental. Ayto. (Curiosa y profética abreviatura de Ayuntamiento), patronal y sindicatos se merecen ser fusilados al amanecer con boñigas de vaca en la plaza mayor para público escarnio y ejemplo correctivo y colectivo para futuras ocasiones.

Total, esto no es Tokio. No quiero no imaginar esta situación diez días antes del inicio de los JO, JO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario