miércoles, 12 de diciembre de 2012

XXXIV. QUERER ES PODER




Recuperando a Virgilio y su Eneida, "Possunt  quia posse videntur." –Pueden los que creen que pueden-, da la sensación de que las cosas no se arreglan por pura negligencia, pura incapacidad o por cobardía. O una perversa combinación de todas ellas.

El hecho cierto, aunque se me tache de antipatriota, es que llevamos arrastrando una crisis económica, de valores institucionales y de mangoneo a todos los niveles desde hace mucho, mucho tiempo. Y no es menos cierto que ni los de antes ni los de ahora han no han hecho mucho por resolver o atajar el problema, ni en su conjunto ni por partes.

A. Einstein decía que “No se puede resolver un problema usando los mismos razonamientos que se utilizaron cuando se originó”. En el lenguaje corporativo, que tan brillantemente empleaba Díaz Ferrán, se dice que las soluciones de ayer no valen para los problemas de hoy.

Repasemos los 10 problemas que hoy nos agobian, las soluciones de ayer adoptadas y las soluciones que hoy habría que tener la audacia de implantar. El orden es completamente aleatorio y no implica mayor o menor gravedad.

PROBLEMA: BANCOS Y CAJAS DE AHORRO MAL GESTIONADAS Y CON PÉRDIDAS.
Solución cobarde: Inyectar dinero a través del FROB, incluso dinero público.
Solución valiente: Dejar que quiebren, como hizo Islandia.

PROBLEMA: CORRUPCIÓN POLÍTICA GENERALIZADA.
Solución cobarde: Tratar cada caso como un hecho aislado. Esgrimir la presunción de inocencia aunque estén pillados con las manos en la masa. Carpetazos generalizados.
Solución valiente: Desposesión inmediata de privilegios para cualquier político o personaje VIP imputado. Juicios sin proyección mediática y estricta aplicación de las leyes. Que devuelvan todo lo trincado. Y cárcel si procede, que escarmienta mucho.

PROBLEMA: GASTAR MÁS DE LO QUE SE INGRESA.
Solución cobarde: Incrementar los niveles de endeudamiento, generando más déficit.
Solución valiente: Ajustar los gastos a los ingresos, suprimiendo los superfluos y minimizando el resto.

PROBLEMA: FUNCIONES VARIAS VECES DUPLICADAS EN LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS.
Solución cobarde: Mantener la situación actual pagando varias veces por la misma función sin incremento de la eficacia.
Solución valiente: Suprimir de raíz toda institución que realice tareas duplicadas o solapadas.

PROBLEMA: FALTA DE TRANSPARENCIA EN LAS FUNCIONES PUBLICAS DE AYUNTAMIENTOS, CORPORACIONES LOCALES, DIPUTACIONES, CONGRESOS Y GOBIERNOS AUTONÓMICOS, CORTES GENERALES, SENADO, Y PODER JUDICIAL, TRIBUNALES, ETC.
Solución cobarde: Promulgación de una Ley de Transparencia de circunstancias.
Solución valiente: Una Ley de Transparencia que incluya a los partidos políticos, sindicatos, Casa Real y el patrimonio de los 21.000 organismos públicos de España.

PROBLEMA: INSTITUCIONES VACIAS DE FUNCIÓN Y DE CONTENIDO, COMO LAS DIPUTACIONES Y EL SENADO.
Solución cobarde: Protegerlas a toda costa como “arabesco lateral” para refugio de afines y simpatizantes, asignando elevados presupuestos para su mantenimiento.
Solución valiente: Suprimirlas y redistribuir sus elevados gastos en beneficios sociales.

PROBLEMA: ELEVADO NÚMERO DE ASESORES PÚBLICOS.
Solución cobarde: Mantenerlos como premio para personas políticamente afines, sin tener en cuenta que tienen que asesorar muy muy mal, tal como va el país.
Solución valiente: Reducirlos a la mínima expresión y siempre en función de sus resultados, de acuerdo con las competencias para las que “asesoran”.

Claro que pueden pensar en que un golpe de fortuna o alguna intervención divina arreglen la situación por sí sola, sin tener que recurrir a medidas valientes. Virgilio tiene también una frase para esto: “Audaces Fortuna iuvat” La Fortuna ayuda a los valientes. Y otra más, para los creyentes: “Los dioses ayudan a los que se ayudan a sí mismos mediante el trabajo honesto”

Vamos, que no quieren. 

4 comentarios:

  1. No puedo estar mas de acuerdo, llevas toda la razon, no parece tan dificil pero hay que tener un par......

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  2. Esta Garza se nota que es libre, por su sentido común y su coherencia

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    1. Gracias, aunque en realidad es vox pópuli, pero seguimos esperando...

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