Según los últimos datos oficiales
publicados sobre la evolución de esa epidemia nacional llamada “paro”, el
desempleo aumentó en 25.572 personas en septiembre, con lo que se rompe la tímida
inercia de descensos acumulada durante los últimos seis meses. No obstante,
este incremento es el menor que se registra en septiembre desde 2007, lo que
debe dar una inyección de moral a los nuevos parados. “No tengo trabajo, pero
habríamos podido ser más. ¡Qué suerte!”
El incremento del desempleo
se ha visto acompañado por la pérdida de 22.242 afiliados a la S. S. (Seguridad
Social, no lo que estás pensando), lo que deja el total de apuntados a las
listas del antiguo INEM en 4.724.355 personas. También del lado del empleo, que
se queda con 16.305.445 afiliados, es el balance menos malo para el último mes
del verano desde el inicio de la crisis. Hay menos cotizantes a la hucha
general, pero podría haber sido mucho peor.
La pregunta es ¿Hasta cuándo
resistirá la hucha de la Tesorería
General de la S. S., sin caer en la bancarrota? Porque si el número de
cotizantes (Ingresos) disminuye y el número de parados (gastos) aumenta, esto
no hay ministro Montonto que lo
salve.
En el apocalíptico libro del
Águila de Patmos se narra que un
batallón de cuatro jinetes montados en un caballo blanco, otro rojo, otro negro
y otro bayo, son liberados para llevar a la Tierra la victoria, la guerra, el
hambre y la muerte, respectivamente, aunque solo a este último se le designa
por su nombre. Se les identifica por el arco, la espada la balanza y por el
poder de matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la
tierra.
Este escuadrón ya no monta a
caballo, y ha perdido mucha popularidad. Ahora, los cuatro jinetes del
apocalipsis son el paro, la corrupción,
la banca y los políticos.
Ahora hay un batallón
silencioso de eficaces chupatintas que engañan a los pequeños ahorradores con “preferentes” variante de ingeniería financiera
del viejo “toco mocho”, “desahuciadores profesionales” que te ponen en la calle a familias enteras, esa
cosa intangible, incorpórea e invisible que se llama “mercado” y que hace que suba todo lo necesario para la subsistencia,
al mismo tiempo que bajan los salarios ¿verdad, sr. Botín?
Y esa factoría de generar desempleo que se llama Gobierno de España que, gracias a su
poderosa arma secreta, la reforma laboral,
está consiguiendo que este país, destruyendo empleo, sea cada vez más competitivo en cuanto a mano
de obra barata, pero no en cuanto a calidad de producción, gracias al sangrado
social que representa el paro, muy
superior al DOBLE DE LA MEDIA DE LA UE.
Eso sí, como no somos gente
acostumbrada a rendirse, tenemos iniciativas, movimientos sociales,
manifestaciones indignadas contra los indignos, solidaridad y ganas de ayudar y
un poquito de economía sumergida, que diría el ministro Montonto. Hombre, ministro, si en momentos de agobio social como
los que estamos viviendo, en donde resulta que los bancos tienen más beneficios
que nunca, ¿cómo no va a haber economía sumergida?
En fin, nadie devuelve lo
robado, nadie asume sus corrupciones ni paga por ello, nadie dimite por su mala
gestión o meteduras de pata y la culpa es nuestra porque vivíamos por encima de
nuestras posibilidades. A fuerza de repetirlo, nos lo terminaremos creyendo.
Una vez más me he equivocado
al nombrar al ministro Montonto.
Quería decir ministro Cristóbal Montonto.
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