domingo, 25 de noviembre de 2012

XXIV. NO QUEDAN ESPARTANOS



En cierta ocasión hubo un hombre que comprendió la necesidad de abordar profundas reformas para salvar el modelo de estado. Cuentan sus historiadores que «Él no imitó a los otros estados, sino que concibió cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellos: así hizo a su comunidad  particularmente afortunada» 

Los principios sobre los fundó sus reformas fueron: la subordinación de todos los intereses privados al bien público, la imposición de una estructura social en la que la educación de los jóvenes estaba encomendada al propio Estado, y la obligación de sobriedad en la vida privada. Sus tres pilares fundamentales eran: buena educación, menosprecio de la riqueza y amor a la patria.

Se inspiraba en el principio de que "Lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, sino que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito".
En definitiva, supo lo que había que hacer, y lo hizo.

Este hombre no es muy conocido en la actualidad. Se trata de Licurgo de Esparta y fue tal su compromiso con las leyes que, tras recibir el juramento de que sus conciudadanos respetarían la ley hasta su regreso a Esparta, se quitó la vida nada más dejar la ciudad para asegurar su perpetuo respeto.

Durante la celebración de unas Olimpiadas, los juegos deportivos que los varones griegos libres celebraban cada cuatro años, la afluencia de espectadores fue de tal magnitud que era necesario estar muy atento para obtener sitio en las gradas. En cierta ocasión, con el estadio a rebosar, unos ancianos buscaban infructuosamente un lugar donde sentarse para presenciar los eventos deportivos. Las delegaciones de toda Grecia observaban impasibles el suceso, hasta que la comisión espartana se levantó en bloque y cedió su lugar a los ancianos.

Ante las miradas de aprobación y vergüenza de los presentes, el portavoz comentó: Todo el mundo sabe lo que hay que hacer. Solo Esparta lo ha hecho.

En Islandia, el sistema especulativo y financiero llevó al país al borde de la quiebra, al igual que a muchas de las economías occidentales, afectadas por una de las peores crisis de la historia moderna, y sus tres grandes bancos entraron en recesión. Sin embargo, el gobierno islandés no desembolsó ni una sola corona de los contribuyentes en los bancos. Los dejó quebrar.

En efecto, en octubre de 2008, Islandia dejó morir a tres grandes bancos, el Kaupthing, el Landsbanki Íslands y el Glitnir. Renegoció la deuda con los acreedores (en su mayor parte de Alemania, Reino Unido y Holanda) y permitió que tomaran el control de las nuevas entidades

Los tribunales islandeses juzgaron si el ex primer ministro, Geir Haarde, era «parte responsable en la crisis financiera».  Finalmente se le condenó por violar la ley de responsabilidad de los ministros.

También sentaron en el banquillo de los acusados a los miembros de la cúpula directiva del banco islandés Kaupthing Bank. El presidente y el consejero delegado de la entidad, fueron acusados juntos de fraude y manipulación por la Fiscalía Especial de Islandia, en el marco de sus investigaciones sobre el colapso de la banca islandesa de 2008.

Como Licurgo, no han imitado a los otros estados, sino que concibieron  cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellos: así han hecho  a su comunidad  particularmente afortunada.

En definitiva, todo el mundo sabe lo que hay que hacer. Sólo Islandia lo ha hecho.

Ya no quedan espartanos. Siempre nos quedará Islandia.

4 comentarios:

  1. ¿Porque no aprendemos y tomamos nota?
    Nos iria muchisimo mejor, pero no hay.......

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    1. En efecto, Ya no hay.... espartanos. Esos sí que tenían.

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  2. RTVE.ES:.......La nube de cenizas procedente de la erupción de uno de los volcanes más activos de Islandia, el Grimsvötn, afectará este martes 23-5-2011 al tráfico aéreo, según la Autoridad de la Aviación Civil de Reino Unido.......

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    1. ... espero que no dure mucho, que el año entrante debo visitar Londres.

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